En los últimos años se ha observado un crecimiento preocupante en la prevalencia de las alergias alimentarias y ambientales. Este fenómeno no solo afecta a personas con predisposición genética, sino que cada vez más individuos desarrollan alergias a lo largo de su vida debido a factores ambientales, cambios en la alimentación, contaminación y otros condicionantes.
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Alérgenos alimentarias no reconocidos por el Reglamento 1169
Aunque la legislación alimentaria europea, concretamente el Reglamento 1169/2011, obliga a declarar 14 alérgenos en el etiquetado, hay muchos alergenos alimentarios que no están contemplados. Algunos ejemplos incluyen a garbanzos, pieles de frutas ( por ejemplo: kiwi o melocotón) a aditivos de alimentos , especialmente colorantes, o incluso a compuestos naturales no clasificados como alérgenos prioritarios.
Alergias alimentarias más frecuentes
Entre las alergias alimentarias más comunes destacan:
- Huevo
- Leche
- Frutos secos
- Pescado
No obstante, la variedad de alérgenos detectados está aumentando, tanto en la población infantil como adulta.
Factores que explican el incremento de alergias
1. Exceso de higiene en la infancia
La llamada hipótesis de la higiene sugiere que, al no estar el sistema inmune en contacto con suficientes microorganismos durante la infancia (por vivir en ambientes excesivamente esterilizados), no se entrena correctamente y termina reaccionando a sustancias inocuas como alimentos o pólenes. Esto explicaría por qué en zonas urbanas o en países desarrollados hay más alergias.
2. Cambio climático y floraciones prolongadas
Con inviernos cada vez más suaves y temperaturas medias más altas, las plantas comienzan a florecer antes, pero no terminan antes, prolongando la temporada de exposición al polen.
Desde 1990, esta temporada se ha alargado una media de 20 días, y la mayor concentración de CO₂ en la atmósfera incrementa la producción de polen.
3. Pérdida de polinizadores naturales
El declive de las abejas y otros polinizadores también influye. Muchas plantas, al no poder ser polinizadas correctamente, evolucionan para producir más polen y de forma más ligera, lo que aumenta su dispersión y la exposición humana.
Esto ocurre especialmente en zonas urbanas, donde la biodiversidad está más limitada.
4. Contaminación ambiental y daño epitelial
En áreas urbanas, la contaminación del aire daña el epitelio respiratorio, la capa que protege las vías respiratorias. Este epitelio dañado facilita la entrada de alérgenos como polen, ácaros o pelos de animales, lo que eleva el riesgo de desarrollar rinitis, asma o alergias alimentarias.
Además, la contaminación hace que las plantas generen proteínas de estrés, lo que vuelve a sus pólenes más agresivos.
Influencia genética y epigenética
El desarrollo de alergias está influido por la predisposición genética, pero también por factores epigenéticos, como:
- Uso frecuente de antibióticos en la infancia
- Ambientes excesivamente esterilizados
- Falta de exposición a la biodiversidad microbiana (espacios rurales, naturales)
Estos factores pueden activar la vía Th2, que favorece reacciones inmunológicas alérgicas incluso a sustancias que antes no generaban problemas.
Geografía, entorno y tipo de alergia
La incidencia de alergias varía según la zona geográfica y el entorno de vida:
- Zonas húmedas (Mediterráneo, Cornisa Cantábrica, Baleares, Canarias): alergias a ácaros del polvo.
- Casas con animales: alergias al pelo de gato o perro.
- Centro peninsular: predominan las alergias al polen de gramíneas y olivo.
- Ciudades: más alergias respiratorias y alimentarias por contaminación y menor biodiversidad.
Cómo reconocer una reacción alérgica
Una de las reacciones más peligrosas es la anafilaxia, que puede poner en riesgo la vida. Es fundamental diferenciar entre alergia e intolerancia:
- Intolerancia: causa molestias digestivas (gases, diarrea, dolor abdominal), no es mortal.
- Alergia: puede provocar una respuesta inmune grave, incluso potencialmente mortal.
Signos de alerta ante una reacción alérgica grave:
- Picor en la piel o en la cara
- Aparición de habones o ronchas
- Dificultad para tragar o respirar
- Silbidos al respirar (sibilancias)
- Vómitos
Si se sospecha de anafilaxia, se debe buscar atención médica urgente y administrar adrenalina con un autoinyector (EpiPen) si se tiene acceso.
Alergias cruzadas y evolución en la infancia
Muchos niños que desarrolla una alergias alimentaria temprana pueden evolucionar hacia otras patologías alérgicas como el asma o la rinitis, fenómeno conocido como «marcha atópica«.
Además, hay casos de alergias cruzadas: algunas proteínas vegetales son similares entre alimentos distintos. Por ejemplo, un niño alérgico al cacahuete puede desarrollar alergia a otros frutos secos, debido a la similitud molecular entre sus proteínas.
También hay niños con alergias múltiples desde edades tempranas, especialmente cuando existe una predisposición genética (familiares con asma, dermatitis atópica, etc.).
¿Se pueden curar las alergias?
En algunos casos, sí. Por ejemplo, la alergia a la leche puede desaparecer hacia los 5 años en algunos niños, aunque también puede reaparecer espontáneamente.
Una técnica cada vez más utilizada es la inducción de tolerancia oral, que consiste en introducir pequeñas cantidades del alimento de forma progresiva, para que el sistema inmune aprenda a tolerarlo. En ciertos casos, esto puede conducir a una curación completa.
Más naturaleza, menos alergias
Recuperar la biodiversidad natural es clave. En muchas ciudades, la vegetación se reduce a unas pocas especies (como los plátanos de sombra), lo que concentra la exposición a ciertos pólenes.
Aumentar el contacto con entornos naturales, vivir en espacios con más variedad vegetal y reducir la contaminación podrían ayudar a prevenir y reducir las alergias, especialmente en niños.
Además, para los profesionales del sector alimentario, es crucial mantenerse actualizados y formados sobre este tipo de riesgos. Realizar un curso de alérgenos permite identificar sustancias potencialmente peligrosas para las personas alérgicas y aplicar las medidas necesarias para garantizar la seguridad alimentaria.
Preguntas frecuentes sobre alergias alimentarias
¿Qué diferencia hay entre intolerancia alimentaria y alergia?
La intolerancia afecta al sistema digestivo y provoca molestias como gases, diarrea o dolor abdominal. En cambio, la alergia implica una respuesta inmunitaria que puede ser grave o incluso mortal.
¿Cuáles son los alérgenos que deben declararse por ley?
El Reglamento 1169/2011 obliga a declarar 14 alérgenos principales, como leche, huevo, gluten, frutos secos, pescado, entre otros. Sin embargo, hay otros muchos alérgenos que pueden causar reacciones y no están regulados.
¿Las alergias alimentarias pueden desaparecer con el tiempo?
Algunas sí. Por ejemplo, muchos niños superan la alergia a la leche o al huevo antes de los 5 años. Otras alergias pueden mantenerse o incluso evolucionar hacia nuevas formas de hipersensibilidad.
¿Cómo puedo aprender a gestionar los alérgenos en mi entorno laboral?
Una excelente forma de formarse es realizar un curso de alérgenos, donde se explican los riesgos, protocolos y medidas preventivas para garantizar la seguridad alimentaria en el manejo de productos.
¿Qué hacer ante una reacción alérgica grave?
Ante síntomas de anafilaxia (dificultad para respirar, hinchazón, vómitos…), se debe administrar adrenalina con un autoinyector si se dispone de uno, y acudir de inmediato a urgencias médicas.
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